El programa
“Ponte en Marcha”, es una iniciativa que busca que las micro, pequeñas y
medianas empresas cuenten con herramientas prácticas para reactivar sus
empresas de forma segura, económica y rápida.
La misma cuenta
con el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
A través de una
nota de prensa, las entidades informaron que, en total, se han diseñado y
adaptado a la realidad socioeconómica dominicana seis guías prácticas que
ayudan a las mipymes en temas de mantener activos sus negocios, manejar
eficientemente pedidos y entregas, organizar las finanzas en tiempos de
incertidumbre, mantener las empresas limpias y seguras, aprovechar nuevas
formas de pago digitales; y cómo generar productos y promociones atractivos
para los clientes.
Nelson Toca Simó, ministro de Industria, Comercio y Mipymes, quien encabezó el evento realizado de manera virtual, resaltó que el programa «Ponte en Marcha» se enmarca dentro de una estrategia de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas para combatir los efectos de las medidas de distanciamiento social dictadas por el gobierno dominicano, y que se está realizando en alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Señaló que el
impacto de la actual crisis es preocupante considerando que el 98% de las
empresas del país son mipyme y generan más del 50 % del empleo en la economía,
aportando más del 38% al Producto Interno Bruto.
Adicionalmente,
las microempresas presentan altos niveles de informalidad. El gran desafío es
poder dar respuestas oportunas e innovadoras a nuestros empresarios y
empresarias, en especial a los mipymes, para que puedan hacer frente a esta
situación y asegurar su estabilidad económica.
Apoyo de la PNUD
Por su parte,
Inka Mattila, representante residente del PNUD, destacó que se necesita sumar
esfuerzos para mitigar el impacto de esta crisis en el sector mipymes y
garantizar una recuperación del sector, que al mismo tiempo permita avances en
productividad, sostenibilidad, equidad y resiliencia.
Destacó que el
contexto mundial en materia de desarrollo ha cambiado radicalmente, “ya que nos
enfrentamos a un impacto socioeconómico sin precedentes que está golpeando con
dureza a las personas con mayores condiciones de vulnerabilidad”.
“Por ello, se
requieren iniciativas innovadoras y de alto impacto como “ponte en marcha”, que
ayuden a ajustar las estrategias de negocio de sector adecuadas para la nueva
normalidad. La recuperación del sector mipymes impactará de forma directa el
ODS 8 “Trabajo Decente y Crecimiento Económico” y de forma indirecta otros ODS
como el 5 “Igualdad de Género”, el 1 “Fin de la Pobreza” y el 10 “Reducción de
las Desigualdades”, sostuvo Mattila.
Sobre la Encuesta Mipymes
A mediados del
mes de abril, se llevó a cabo la “Encuesta de Afectaciones Económicas a Mipymes
por la Crisis del COVID-19”, la cual tuvo como objetivo conocer la situación
socioeconómica de las micro, pequeñas y medianas empresas, afectadas por la
actual crisis, a fin de proponer acciones integrales encaminadas a mejorar su
situación económica y de mercado.
La encuesta se realizó en coordinación con la Universidad de Princeton y la Vicepresidencia de la República, y contó con la participación de más de 2,900 empresarios y empresarias. Esta arrojó resultados claves para poder definir con mayor claridad donde se encuentran las mayores necesidades y desafíos del sector, como consecuencia de los impactos económicos que arraiga la pandemia del Covid-19.
En ese sentido,
Inka Mattila destacó que el 50 % de las personas empresarias consideran que la
empresa que dirigen puede declararse en bancarrota como consecuencia de la
crisis. Asimismo, el 97 % las mipymes han disminuido considerablemente sus
ingresos por el cierre de sus negocios por la medida de confinamiento.
Solo un 14 % de
las personas encuestas que lideran empresas del sector mipymes utilizan
teletrabajo y el 14 % de los negocios tardarán más de 24 meses en recuperar sus
unidades productivas. Estos resultados permiten dimensionar el efecto negativo
del cese de actividades comerciales sobre los ingresos familiares para las
personas que dirigen estas empresas y para sus empleados y empleadas.
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Fuente: Acento.com.do